- Juan Gelman
En mis noches nebulosas, cuando los árboles se mesen por el silbido del viento, creando en cada segundo espectros de sombras; me es imposible dormir y estar en la tranquilidad de la inconciencia, acompañado por Hipnos (dios del sueño). Me convierto en un parasito hiperactivo y sicótico, hundiéndome entre las garras de la tela y la oscuridad.
Frente a esta situación, los oxidados engranajes de mi cerebro se mueven a velocidades incalculables; despertando otros seres idénticos a mi deteriorada forma física; esos yos me rodean y me encierran en laberintos de opiniones y personalidades diferentes y contradictorias.
Nada significa nada, nadie es nadie y todos los sentidos no tienen sentido. ¿Cuál es la verdad de esta existencia? ¿Este sueño? O divagar por las calles bajo el ardiente sol, sin ningún rumbo ni destino.
Camilo U.
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