martes, 6 de julio de 2010

Nauseabundo infortunio



Nuestra existencia; a medida que transcurre el mitológico tiempo, se va manchando por una sucesión de hechos, mal llamados experiencias, que brotan desde lo imaginario a lo que definimos sentir, para transformarse gradualmente en monstruos que percibimos sin poderlos ver.

En un preciso y único instante, nos damos cuenta que estamos aquí, existiendo; nadie nos da una explicación o un porque. Simplemente fuimos arrebatados de la tranquilidad de la nada sin ninguna razón. Condenados al sufrimiento de la vida, siendo totalmente inocentes.

Lo primero que, tal ves, subconscientemente nos preguntamos es ¿Qué hacer? Y la, aparentemente, única respuesta lógica que todos, absolutamente todos, encontramos viable, es que debemos observar y aprender de los otros, familiares, compañeros, conocidos, enemigos o simplemente del desconocido que se nos cruza por cualquier calle. Nos acostumbramos a comportarnos como el rebaño de la manada humana; allí cometemos nuestro primer error.

Gradualmente la tierra va dando vueltas que duran 24 horas, haciendo los días, que a su vez forman las semanas que juntamos en grupos de a cuatro, los que llamamos meses y los conjuntos compuestos por 12 de ellos son los años, así sucesivamente van sumándose las décadas, los siglos, los milenios; Cronos, el dios del tiempo, en su máxima expresión.

Pero desafortunadamente las creaciones del mismo hombre, como la política o la economía, causan que los periodos de tiempo que dura la vida individual en los divididos y fronterizados grupos sociales, varié significativamente.

Lo único que hacemos durante nuestra vida, es divagar por infinitas incógnitas y lugares, auto-encerrándonos en una rutina que sistemáticamente va creciendo y por más que corramos o intentemos salirnos, nos damos cuenta de que ya es demasiado tarde, y debemos resignarnos a esperar nuestro final.

Camilo U.

sábado, 12 de junio de 2010

Inútil sentido


Estas en medio de la noche, el reloj marca las 11:45 p.m. y tu cabeza ya no distingue los lugares, después de todo, son iguales, las calles, los automóviles, las personas bajo los neones, el ruido, el alcohol, el vomito y el pestilente anaranjado de las lámparas; el ambiente es una pesadilla, pero el miedo esta sedado y solo existen la adrenalina y el excitante peligro.

Una gran avalancha blanca entra por tu nariz, haciendo que percibas el olor del licor, el aerosol, la yerba y el cigarrillo. De repente todo se acelera, viajando inconscientemente a la velocidad de la luz por tus revolcados pensamientos, todo se detiene en ese instante y sabes que eres el único ser extraño rodeado por millones de personas acostumbradas a la inmovilidad y la rutina; es allí cuando te das cuenta de que eres una especie de dios, errando por los laberintos asfaltados de la mágica ciudad nocturna.

Esquinas solitarias, parques infestados de entes, callejones oscuros y tenebrosos, pobreza, suciedad, riqueza; todo un circo cómico y deprimente, pasa por tus ojos mientras caminas sin rumbo y sin destino. Los psicoactivos van aumentando su efecto periódicamente en tu mente. Cuando estas detenido mirando alelado hacia arriba, crees escuchar o percibir los pensamientos de cada ser y te das cuenta que todas las características y sentidos de esta actualidad, son completamente inútiles.

Cuando te adentras en el abismo, terminas dándote cuenta que tal ves no tiene fondo. La única salida debe ser la muerte.

Camilo U.

sábado, 8 de mayo de 2010

Mi cabeza contra las paredes


Encerrado en un cubo de cemento (un techo, un piso y cuatro muros); aparecen desde los oscuros y profundos rincones; grupos de infinitos demonios, paranoicos y psicoticos, que se adentran en mi ser, transportándome a diferentes mundos imaginarios para golpear mi cabeza contra las paredes, logrando estrellarme contra la existencia.

Nunca me preguntaron si quería nacer, por eso estoy en contra de mi vida, hasta el punto, de ser alguien o tal vez algo, desteñido y sin color.

Estoy en esta maldita realidad porque sí, además me da pereza recurrir al místicamente romántico suicidio.

Mi única meta e ilusión, seria estar despierto cuando llegue hasta mi, el ángel de la muerte; para culparlo por todos los sufrimientos de esta vida y a la vez, sentir la única verdad absoluta.

Camilo U.

domingo, 25 de abril de 2010

¡Recomendaciones!


En este momento me encuentro bajo el efecto de la marihuana y la cocaína, pero intentare ser lo mas claro posible.

todo comienza así: Un adolescente de mas o menos catorse años, un poco tímido, un poco curioso y un poco rebelde , jajajaja sobretodo un poco, en realidad muy rebelde; desde que tiene memoria ha escuchado rock, música que lo codujo por los diferentes mundos de las tribus urbanas, en las cuales conoció el eliccir del alcohol, la marihuana (hay dios mio bendito, esta juventud de ahora) y el color negro en la camisa de alguna mujer inquietante; al estar embriagándose con Niethshe, Marx, Bacunin y ya, ustedes entienden, además de degustar el delicioso olor de un hada verde vestida de papel de arroz (en cueros) que se mesclaba con el olor a licor, noche y humedad del pasto, las flores y los arboles; fue así que conoció a sus primeros amigos, los libros, y los espacios donde la luz atemorizada intentaba escaparse, las montañas en medio de la ciudad. No había probado la yerba por culpa de la benerable tradición de una institución familiar temerosa e ignorante que imponía una sola definición del bien y del mal, en pocas palabras, personas del común colombianas (padre: obrero, madre: ama de casa, hijo: disque estudiante) así fueron pasando algunos etilicos años, saltando de charquito en charquito, volando entre los acordes de la música y conociendo mas amigos impresos, hasta que un día, influenciado por el dios Baco (vino Moscatel, presio 5.500 pesitos) en medio de un concierto que recodaba a los hippies, se aventuro a ofrecerle a varios personajes, que sentados en el suelo formaban un circulo, un poco de licor, todo fue paz y amor, ellos aceptaron el ofrecimiento y a su vez le ofrecieron un poco de yerba. Si ustedes se acuerdan era un “poco curioso” y sus amigos escritos le habían infectado su cabeza con ideas mas abiertas, en todo caso mas relajada; acepto la oferta sin pensarlo dos veces y entro a ser un componente más del circulo. El día transcurrió entre el hipnotismo de la música, el sabor a licor, la metamorfosis de Kafka, el humo que desconectaba su cerebro y unas manos femeninas que dibujaban dragones de colores en brillantes hojas blancas. Los años etilicos y canabicos pasaron inconscientemente, hasta que un día le presentaron a Blanca Nieves en forma de dos rayitas blancas de polvo en la pasta de Hamleth, en una cama y con un pitillo en la nariz, tres de la mañana, desde ese momento el tiempo se acelero hasta el día de hoy, el ya tiene algunos años y ha probado otras drogas como los hongos y el rivotril (clonazepam 2 ml) mejor conocidas como ruedas, barbitúrico que en ocasiones le ha mostrado el fondo del abismo y el azar no ha permitido que lo toque para quedarse en él.

esto no era sobre el blog? A pero que pereza volver a empezar, lo dejo por si les interesa y si no pailas ya lo leyó. Bueno el caso es que este joven en medio del efecto de la cocaína (definición: gatera) no tenia nada para hacer y le dio por hacer un blog para hablar mierda con sentido ( solo por auto estima) y para reirse un rato escribiendo esto, que usted, si usted, otro desparchado sentado al frente de un computador, está leyendo. Y aunque pueden o no estar pensando que solo son los escritos vacíos de otro vago drogadicto cocalombiano; esperen, antes de explicar el sentido del sin-sentido de suicidios, una advertencia:



- Si usted es una señora que pierde los años enjaulada en una iglesia, mejor dicho, una cuchita resandera: yo le pregunto ¿que hace aquí? mejor valla a escuchar al sacerdote, que le aseguro no es casto.

- Si usted es la mamá de su hijo que dejo el computador prendido y le dio por mirar lo que su hijo hace en la interné: No me crea, todo es producto de mi imanación y yo soy un católico, serio, responsable y trabajador (jajajajaja). Además deje de ser metida y respete.

- Si usted es alguien que no le gusto esto: se puede ir y contarle a quien le de la gana de esta pendejada, por hay derecho me colabora con la publicidad.

Bueno en lo que hivamos, el sentido del sin-sentido en suicidios, es explorar mas ideas de lo que esta bien o mal hecho, mirar la sociedad con otros ojos, así sean rojos, poner el mundo a saltar en vez de girar, criticar la zoociedad y demostrar que la vida también puede ser un juego, pero como ya no quiero escribir mas, mejor viaje por las tinieblas del ciber espacio.

Camilo U.

Existencia agonizante


Los mares de la existencia, son infinitas lágrimas, por cada instante, donde agonizamos, hasta morir. Después de todo ¿para que pensar? Si únicamente nos causa un dolor desgarrador, que al final nos pudre el corazón.

Estoy en un maldito mundo, con seres de piedra, incapaces de reconocer que son individuos.

¿Para que una vida controlada? Seria como estar muerto, en espejismos totalmente iguales, sin nada nuevo, sin nada por lo que valga la pena estar aquí; solo nos queda el amor que sobrevive escasamente en lo que esta cochina sociedad llama locura.

Camilo U.

De todos modos yo soy otro


- Juan Gelman

En mis noches nebulosas, cuando los árboles se mesen por el silbido del viento, creando en cada segundo espectros de sombras; me es imposible dormir y estar en la tranquilidad de la inconciencia, acompañado por Hipnos (dios del sueño). Me convierto en un parasito hiperactivo y sicótico, hundiéndome entre las garras de la tela y la oscuridad.

Frente a esta situación, los oxidados engranajes de mi cerebro se mueven a velocidades incalculables; despertando otros seres idénticos a mi deteriorada forma física; esos yos me rodean y me encierran en laberintos de opiniones y personalidades diferentes y contradictorias.

Nada significa nada, nadie es nadie y todos los sentidos no tienen sentido. ¿Cuál es la verdad de esta existencia? ¿Este sueño? O divagar por las calles bajo el ardiente sol, sin ningún rumbo ni destino.

Camilo U.

domingo, 28 de marzo de 2010

Mi elección fue el fracaso

Mi mundo esta en una galaxia mística, en el universo surrealista que tengo en la mente, allí donde la realidad no es real, donde el verde puede significar negro y cualquier rumbo conduce al mismo lugar, ese que no existe; es como una esfera, sin principio y sin final.

Camino maquinalmente por el cielo asfaltado, con las nubes debajo de mi cabeza. ¿Acaso estaré loco? No lo creo. Opino que los locos – equivocados- son la mayoría en esta sociedad, nacen, crecen, estudian, trabajan, se reproducen y mueren. ¿Y que pasa luego? Nada, solo pasaron como el viento y quedaron en el olvido.

Por eso, para mi vida escogí el fracaso, el arte y la belleza, salvándome de ese mundo que no comprendo; en una solitaria burbuja de humo, repleta de imágenes, secuencias y palabras; para flotar por la existencia sin rumbo, sin destino y sin metas, solo para crear cosas (realidades, dioses, sueños, mundos y palabras o garabatos de líneas, con este lapicero negro en esta hoja blanca) para alcanzar con la imaginación, los bordes del clímax, en la escasa y deliciosa droga de la felicidad, en largos y cortos momentos que jamás duraran demasiado.

Estoy seguro de que la mayoría de habitantes de lo que queda de este mundo; me consideran un fracasado. Para todos ellos, un millón de gracias, los compadezco.